Abstract
El problema que plantea este trabajo, es el de una inversión: la experiencia del sujeto que se obtiene en el psicoanálisis, hace objeción al proyecto moderno en donde se inscribe la ciencia física matemática. Pues, el psicoanálisis, al bordear lo indominable de la causa,
provoca la posibilidad de sustracción de la universalización del sujeto. En efecto, Freud
construyó un borde, una bisagra, un 'gozne', entre el campo del sentido y el campo de la pulsión. De este modo el psicoanálisis se presenta como la Filosofía de las Luces interpelada por el 'factum' freudiano de la pulsión.