Arte y utopías sociales en Ernst Bloch
Abstract
Tenemos entonces a nuestra disposición un amplio abanico de sueños utópicos a lo largo de la historia, eslabones importantes de cualquier proceso de transformación social, más allá de su realización o de su fracaso. Un pasado cargado de futuro. De esta manera, quizás le hayamos encontrado algún sentido a aquella máxima benjaminiana de politizar la estética. Se abren un sinfín de poemas, de imágenes, de dramas y comedias, de relatos marginados, no considerados habitualmente como parte de la historia política de nuestros pueblos.El marxismo, si busca recuperar su potencial utópico y articular el sueño de una sociedad de nuevo tipo en la actualidad, necesita enriquecerse. A su vez, necesita ahondar en las vinculaciones entre sentimiento y conciencia para despertar una voluntad capaz de convertir en realidad dicha posibilidad. Necesita crear, heredar y realizar, y para ello son invaluables los aportes que puedan hacerse a través de las distintas esferas artísticas.La política, muchas veces encerrada en sí misma o entregada a aquellas ciencias que prometen exactitud y victoria segura, como la estadística, debería revisar sus concepciones a la luz de estos desarrollos. La posibilidad de reconstituir una utopía social en clave revolucionaria, depende en buena medida de saber captar el complejo entramado entre utopías sociales y arte. En sus diversos formatos, así como en sus diversas temáticas, la utopía revolucionaria se ha esbozado una y otra vez en la historia, en simultáneo con sus formulaciones económicas, sus formulaciones jurídicas o filosóficas. Hay aquí una gran cuota de experimentación, de análisis de la sociedad encapsulado en imágenes, en apariencia estética.