Espacio escolar, tradiciones y rupturas
Abstract
Hablar del espacio escolar, es hablar de nuestra propia historia, de nuestro paso por la escuela o las escuelas en la que transitamos la escolaridad. También es hablar de una historia colectiva, que nos remite a una experiencia en común como ciudadanos que es la escolarización de la población en edificios/espacios diseñados, pensados para la transmisión cultural entre grupos y generaciones. Por ello los relatos y análisis que hacemos sobre los espacios escolares están atravesados tanto por la subjetividad, la propia experiencia, como las ideas y representaciones surgidas en diferentes momentos históricos respecto a los lugares donde transmitir los conocimientos socialmente relevantes. Es así que, lo que decimos a cerca del espacio escolar se constituye a partir de fragmentos vinculados a la propia subjetividad, a la de los sujetos que participan de la experiencia escolar, a la historia de la escolarización y a las ideas pedagógicas, sociales y políticas que atravesaron y atraviesan esas prácticas. Se trata de espacios y arquitecturas que condensan, reflejan, representan, pero también ocultan y soslayan ideas pedagógicas y políticas. En este sentido, cuando hablamos de espacio escolar, no nos referimos solo a lo físico, a la materialidad de los edificios, a su arquitectura, sino que incluimos las ideas y los sentidos construidos por los sujetos en relación a los espacios y la espacialidad.