Certeza y convicción en la fdosoím madura de Ludwig Wittgenstein
Abstract
La indagación de las prácticas lingüísticas cotidianas o de sentido común, se ubicaron en un lugar
privilegiado de gran parte de la filosofia del siglo XX principalmente, aunque no de manera exclusiva, con la obra de Wittgenstein. Frente a las reflexiones filosóficas que privilegiaban un modo de tratar el lenguaje en abstraccción de los usos concretos del mismo, Wittgenstein situado la filosofía en el terreno mismo de las prácticas lingüísticas como parte de las prácticas humanas en general.
Podemos caracterizar la noción de sentido común, en términos generales, como el trasfondo
de creencias implícitas que confonnan nuestras razones para actuar, legitimadas por prácticas
compartidas, que conforman el suelo a partir del cual las personas interactúan, dialogan, y
transforman sus mundos de significados. En este sentido, este marco compartido de creencias y
expectativas indica lo que es susceptible de ser creído, lo que puede ser dicho, las respuestas y
acciones que pueden esperarse de otros y de uno mismo, etc. En otras palabras, el sentian común
indica aquí el marco de creencias y expectativas que señalan aquello que, para quienes conviven
en una misma comunidad de hablantes, tiene sentido.
Sin embargo, como veremos, Wittgenstein rechazaría algunas de las afirmaciones contenidas en esta caracterización general del sentido común. Cómo está conformado este marco de inteligibilidad, de qué depende y cómo hacemos uso de él son cuestiones que están presentes fundamentalmente en Sobre la certeza, de tal modo que podemos entender a esta obra como aquella en la cual Wittgenstein da cuenta de la naturaleza del sentido común, a través de la indagación sobre la posibilidad de dudar y de justificar nuestras certezas más fuertemente arraigadas.
La noción de sentido remite a Io ifiteligible; sin embargo Wittgenstein va a poner en
cuestión que la inteligibilidad a la que remite la noción de sentido esté ligada a lo que es posible
de ser pensado (IF511/3). Como veremos, este punto es particularmente útil para comprender lo
que lleva a Wittgenstein a rechazar el modo en que Moore concibe el sentido común.
En términos generales voy a establecer una: distinción entre estos. llos modos de concebir la
noción de sentido común aplicables a las lecturas de Wittgenstein: como evidencia o como
convicción. Dicha distinción pretende señalar, a la vez, los errores en que las diferentes
interpretaciones han caído con frecuencia y, por ende, ofrecer una lectura de Wittgenstein
respecto de dicha problemática que ha pasado inadvertida.A partir de esta distinción señalaré
dos tesis relacionadas: 1) que el sentido común no necesita de, o está apoyado en, evidencia puesto que las proposiciones que en ocasiones predicamos acerca del sentido común no son hipótesis (tesis que comparten diferentes interpretaciones de la obra de Wittgenstein) y 2) que lo que llamamos sentido común no constituye un sistema de proposiciones que expresan nuestras creencias compartidas aunque es, a la vez, fuente de justificaciones. La diferencia está dada en que Wittgenstein rechaza el tinte justificacionista de ver al sentido común en términos de reglas implícitas de nuestros juegos de lenguaje y, en general, de las acciones significativas. Como veremos, muchas de las lecturas que se han llevado a cabo tienden a cometer este error. La diferencia entre evidencia y convicción será relevante para establecer diferencias y ofrecer una interpretación acorde al espíritu de Wittgenstein.
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