Abstract
Ha sido habitual que la filosofía de la .ciencia descuidará el análisis de las disciplinas del campo biomédico, soslayando su importancia cognoscitiva, y el peso que les asigna la sociedad a la hora de difundir y premiar sus resultados, tan gravitantes sobre el bienestar y la supervivencia de los seres humanos.
Me propongo llenar –parcialmente- ese vacío, analizando la estructura teórica de la fisiología, esa gran disciplina científica -todavía vigente- que nace hacia 1847 en la obra de Claude Bernard, y que llega a constituirse en la primera disciplina biológica que suscita el consenso de su comunidad científica, años antes que las teorías que postulaban contemporáneamente Mendel y Darwin.