Abstract
No siempre, claros conceptos, forman los cimientos de una disciplina científica. Ocurre a veces, por rutina o displicencia, que se mantienen inconmovibles ciertos preceptos atrazados. Nuevos hechos, nuevos descubrimientos van calando teorías, y en ocaciones, hasta la misma ciencia y no obstante ensancharse el limite del conocimiento, los terminos primitivos quedan de pie. Se requiere, cuando sobre esto se hecha una mirada detenida, una revisión conceptual. Con las enfermedades de la pulpa sucede cosa parecida. Todavía sostienen los autores franceses su anticuada clasificación de la caries dentaria en grados. No solo colocan en una de sus divisiones a las enfermedades de la pulpa, que hoy sabemos pueden tener muy distinto origen; sino que la división de por si es patológicamente mala.