Desde dentro: la imagen cinematográfica entre Benjamin y Kracauer
Abstract
La invención del cinematógrafo, hacia fines del siglo XIX, supuso una conmoción en el seno de la estética tradicional, esto es, en el conjunto de categorías y nociones que desde los inicios de la modernidad filosófica habían venido configurando el ámbito de las conceptualizaciones sobre la obra de arte y la experiencia estética. De la mano de profundas transformaciones sociales y económicas "el capitalismo, la industrialización, la nueva división del trabajo, la conformación de las ciudades modernas, la creciente importancia de las masas, la aparición de una cultura del consumo, etc." que trastocan decisivamente las condiciones de la experiencia, el nacimiento y el desarrollo acelerado del cine nos permiten apreciar la irrupción de una serie de tendencias que exceden los marcos disciplinares de las discusiones sobre la "autonomía" o la "artisticidad", abriéndonos a la consideración de nuevos sentidos, tareas, funciones de lo que no sin tensiones podremos seguir llamando "lo artístico" . Se trata de un verdadero tour de force, que se erige sobre el fondo de un umbral histórico-cultural particularmente relevante, en el que podríamos ubicar asimismo el momento de exasperación de los límites artísticos propiciado por las primeras vanguardias, y según el cual habremos de diseccionar las coordenadas dentro de las que nuestra contemporaneidad se piensa a sí misma. Las implicancias de estas mutaciones se podrían rastrear hasta nuestros días, y es por esta razón que vale la pena detenerse en ellas.