Formar desde lo no escolar para la vida en las escuelas. La experiencia de práctica en instituciones comunitarias
Abstract
Desde nuestra experiencia como equipo docente del Profesorado de Educación Inicial, compartimos la tarea de acompañar a las estudiantes en su primer año de la carrera en la inserción en instituciones que educan por fuera de la escuela, es decir, en espacios de educación no formal. Esta tarea se lleva a cabo fundamentalmente desde el taller Integrador I que involucra a las unidades curriculares de Pedagogía, Problemática Socio Antropológica en Educación y Taller de Oralidad, Lectura y Escritura (TOLE); las cuales se articulan haciendo foco en el espacio multirreferencial denominado "Práctica Docente 1: Contextos y Prácticas Educativas". En este espacio de trabajo es fundamental, asumir esta primera experiencia de práctica de las alumnas para advertir, específicamente en esta instancia, la importancia de propiciar actitudes acordes e incorporar nuevos saberes para el análisis de prácticas educativas atravesadas por los contextos en que estas se desarrollan; y, contiguamente, sopesar los posibles ensambles que la escuela puede favorecer en relación a otras instituciones de la comunidad en que está inserta. En este escenario, una constelación de preguntas moviliza este escrito: ¿Qué ofrecen las instituciones no escolares para la formación de futuras profesoras que se insertarán en la escuela? ¿Qué aporta la integración de los espacios curriculares con la práctica docente en espacios no escolares para revisar la formación que llevamos a cabo como docentes formadores? ¿Es posible conocerlas prácticas no escolares corriéndose de una mirada que reduce su trascendencia a ser "un complemento" de la tarea escolar? ¿Qué valoraciones se adjudican a las diversas formas de expresión de lo educativo en sus modalidades no formales-comunitarias, en relación a la escuela?