Abstract
A la pregunta por lo humano se le puede responder con Aristóteles, tal como la civilización occidental lo viene haciendo desde hace siglos, pero esta vez con la respuesta menos frecuentada: el hombre es el animal que ríe, el homo ridens. Y sobre todo nos interesa hacerlo en el marco del Seminario de verano II con figuras de la rebeldía, la violencia y el desorden. O sea, hablar de humor y cambio social, preguntar por las relaciones entre las políticas del discurso humorístico y la humanidad de la revuelta.