Capítulo X. La pandemia manufacturada: ¿quiénes creen en teorías conspirativas sobre Covid-19 en Argentina?
Abstract
“La emergencia global producida por la COVID-19 es un contexto ideal para la circulación de todo tipo de informaciones de dudosa calidad sobre su etiología, síntomas, prevención o cura de la enfermedad. Sátiras, supuestas sanaciones milagrosas, rumores, informaciones intencionalmente falsas (fake news), o teorías conspirativas de diversos tipos se han compartido a través de redes sociales por todo el planeta e incluso, a partir de declaraciones de líderes como Trump o Bolsonaro, se han reproducido en diversos medios de comunicación. Con el correr del 2020, si bien el volumen de propagación de noticias de dudosa calidad comenzó a mermar (Galotti, Valle, Castaldo, Sacco & De Domenico, 2020), diversos argumentos negacionistas y conspirativos sobre el coronavirus o la gestión de la pandemia se repitieron con fuerza en redes sociales y surgieron manifestaciones contra la cuarentena en todo el mundo. En todos los casos, estas informaciones comparten el hecho de que no están basadas en evidencias científicas reconocidas, por eso pueden promover o legitimar comportamientos socialmente irresponsables, conllevar al aumento de la propagación del coronavirus o a mayores problemas de salud física y mental en las personas. Se trata de un fenómeno que no es necesariamente nuevo y quedesde la info-epidemiología se ha denominado como “infodemia” (Zaracostas, 2020). Incluso antes de decretar el estatuto de pandemia de la COVID-19 en marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó del peligro que podía suponer la sobreinformación de mala calidad, en un contexto en el cual la comunidad científica tenía grandes incertidumbres sobre la novedosa enfermedad.
De las variadas ideas desplegadas por estas informaciones, nos interesan en particular las teorías conspirativas sobre el coronavirus, esto es, aquellas ideas que atribuyen diversos tipos de responsabilidad sobre la crisis pandémica a grupos poderosos que confabulan en secreto para alcanzar objetivos malévolos (a partir de la definición de Bale, 2007). En general, las teorías conspirativas sobre el coronavirus se concentran en sus causas u origen, entendiendo que el virus ha sido manufacturado por poderes oscuros, y que su propagación forma parte de un amplio plan para que las sociedades adopten ciertos comportamientos o acepten diversas estrategias de control social que les permita a estos grupos satisfacer sus intereses. En algunos casos se articulan con argumentos negacionistas, sean estos absolutos (la idea de que el coronavirus no existe y que la sociedad global está siendo víctima de un engaño masivo) o moderados (la idea de que la COVID-19 es una enfermedad común y que las acciones desarrolladas por las autoridades han sido intencionalmente exageradas). Algunas de estas ideas pueden ser evidenciadas en hashtags en redes sociales como #Plandemia, #Gripezinha, #Covidfarsa o #NWO (por New World Order o nuevo orden mundial)…”
URI
http://hdl.handle.net/11086/19814https://psicologia.unc.edu.ar/projects/salud-mental-pandemia-y-politicas-publicas/
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