Los hábitos de alimentación de pacientes atendidos en un hospital de Salud Mental Provincial

Abstract

In the field of Mental Health there is a high prevalence of overweight and obesity. This is associated with changes in lifestyle, as a result of the social, emotional and economic impact of their disorder. In people with mental disorders, the diet is modified by the pathology within a greater or lesser destructuration of the set of adaptive guidelines. Factors such as medication, individual characteristics, etc. they have complex and changing relationships with the way they eat or weight. The objective of the research was to analyze the eating habits of people with mental disorders who consult in the Provincial Neuropsychiatric Hospital and establish relationships between them and socioeconomic and clinical variables in the city of Córdoba, 2015-2016. A simple, transversal, non-experimental correlational design was used. We worked with a non-probabilistic sample (intentional) of 130 patients of both sexes, over 18 years old, who consulted in the Hospital during December 2015 to February 2016. To analyze the relationship between variables, a Chi-square test was used, 95% NC. The results obtained show a mean BMI of 27.03 ± 0.40 EE, with a high prevalence of overweight (44.6%) and physical inactivity (66.2%). In terms of eating habits, they presented a low consumption of milk, yogurt, cheeses, eggs, meat, fruits, vegetables and water and a high consumption of sugar, bread, cereals, potatoes, pasta and pulses according to GAPA 2016; when comparing the alimentary habits with socioeconomic variables, a predominantly normal consumption of meats was observed in both those who received a pension and food aid (46.2% vs. 47.6%), while the consumption of sweets was slightly higher in those receiving a pension (54.5%) and the consumption of vegetables was low in 100% of those who lived in non-family homes. In relation to the clinical variables, the patients who pecked had an inadequate nutritional status (74.5%); the diet of those who consumed anxiolytics was characterized by not pecking (75%) and low consumption of meat (52.9%), those who consumed antipsychotics for appetite for sweets (61.5%) and those who consumed anticyclics for a low consumption of vegetables (100%) and a normal water consumption (57.1%). Another finding of interest was the high prevalence of unemployment in those suffering from schizophrenia (85.7%). It is concluded that there are inadequate food habits in people with mental disorders, differentiating according to socioeconomic and clinical characteristics; so it is necessary to interdisciplinary approach the situation of each patient according to their particular needs, their tastes, lifestyles and history, to achieve adequate adherence to treatment and changes in behavior that can be sustained over time.

En el campo de la Salud Mental existe una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad. Esto está asociado a cambios en el estilo de vida, como resultado del impacto social, emocional y económico de su trastorno. En las personas con padecimientos mentales la alimentación se ve modificada por la patología dentro de una mayor o menor desestructuración del conjunto de pautas adaptativas. Factores como la medicación, características individuales, etc. tienen relaciones complejas y cambiantes con la forma de alimentarse o el peso. El objetivo de investigación fue analizar los hábitos alimentarios de las personas con padecimientos mentales que consultan en el Hospital Neurosiquíatrico Provincial y establecer relaciones entre éstos y las variables socioeconómicas y clínicas, en la ciudad de Córdoba, años 2015-2016. Se empleó un diseño correlacional simple, transversal, no experimental. Se trabajó con una muestra no probabilística (intencional) de 130 pacientes de ambos sexos, mayores de 18 años, que consultaron en el Hospital durante Diciembre 2015 a Febrero 2016. Para analizar la relación entre variables se utilizó test de Chi cuadrado, 95% NC. Los resultados obtenidos evidencian una media de IMC de 27,03 ± 0,40 EE, con una alta prevalencia de sobrepeso (44,6%) e inactividad física (66,2%). En cuanto a hábitos alimentarios, presentaron un bajo consumo de leche, yogur, quesos, huevos, carnes, frutas, verduras y agua y un alto consumo de azúcar, pan, cereales, papas, pastas y legumbres según GAPA 2016; al comparar los hábitos alimentarios con variables socioeconómicas, se observó un consumo predominantemente normal de carnes tanto en quienes percibían pensión como ayuda alimentaria (46,2% vs 47,6%), mientras que el consumo de dulces fue levemente mayor en quienes recibían pensión (54,5%) y el consumo de verduras fue bajo en el 100% de quienes vivían en hogar de tipo no familiar. En relación a las variables clínicas, los/as pacientes que picoteaban presentaba un estado nutricional inadecuado (74,5%); la alimentación de quienes consumían ansiolíticos se caracterizó por no picotear (75%) y bajo consumo de carnes (52,9%), los/as que consumían antipsicóticos por apetencia por los dulces (61,5%) y los/as consumían anticíclicos por un bajo consumo de verduras (100%) y un normal consumo de agua (57,1%). Otro hallazgo de interés fue la alta prevalencia de desocupación en quienes padecen esquizofrenia (85,7%). Se concluye que existen hábitos alimentarios inadecuados en las personas con padecimientos mentales, diferenciándose según características socioeconómicas y clínicas; por lo que es necesario abordar interdisciplinariamente la situación de cada paciente en función de sus necesidades particulares, sus gustos, estilos de vida e historia, para lograr una adecuada adherencia al tratamiento y cambios de conductas que se puedan sostener en el tiempo.