Trayectorias de rendimiento académico y salud autopercibida en niños y niñas asistentes a escuelas municipales de la ciudad de Córdoba
Abstract
En la infancia, una de las funciones sociales más importantes es participar de la escuela y hacer frente a sus exigencias. La salud, entendida como un recurso que incluye capacidades personales, sociales, físicas y psicológicas, facilita que niños y niñas puedan desarrollar las funciones previstas para su edad, y en este sentido, puede contribuir a que presenten un mejor desempeño en la escuela.
El objetivo general de este estudio fue analizar la relación entre el rendimiento académico (RA) y la salud autopercibida (SA) a lo largo de la pre-adolescencia, en niños y niñas que asisten a escuelas municipales en la ciudad de Córdoba (Argentina), teniendo en cuenta variables socioeconómicas y capacidad intelectual de los y las participantes.
Se llevó a cabo un estudio de cohortes prospectivas, con un periodo de seguimiento de dos años (2014-2016), en el que participaron 494 escolares asistentes a 4° grado (al inicio del estudio) de 10 escuelas públicas municipales de la ciudad. Se obtuvieron mediciones de la SA y del RA cada 12 meses (+/- 1 mes), y mediciones basales de las variables control. La SA se evaluó mediante el cuestionario KIDSCREEN-52, que recoge información sobre 10 dimensiones de la salud, la mayoría psicosociales. El RA se determinó mediante las calificaciones del tercer trimestre de los/as niños/as en Lengua y Matemática, obtenidas de los registros de cada establecimiento escolar. A partir de las calificaciones obtenidas por los/as niños/as al inicio y final del seguimiento, y su condición de
Promovidos/No promovidos en cada ciclo lectivo del seguimiento, se definieron cuatro tipos de trayectorias de RA: Distinguida, Satisfactoria, Regular e Insuficiente; las últimas dos trayectorias se consideraron en riesgo educativo. Además se indagó el sexo, la edad escolar, la escolaridad materna, el nivel socioeconómico (con la escala Family Affluence Scale), y la capacidad intelectual (con el Test de Raven) de los/as participantes. La asociación entre las distintas variables se estimó a través
de modelos multivariados de regresión logística binaria o multinomial según fuera apropiado, y para evaluar el efecto de la SA sobre las trayectorias de RA se calcularon las medias marginales de la SA al inicio del estudio, para luego compararlas calculando el tamaño del efecto con la d de Cohen (d) entre las distintas trayectorias de RA.
El 37% (n = 166) de los/as escolares presentó una trayectoria distinguida, el 50% (n = 226) satisfactoria, el 8% (n = 36) regular y el 5% (n = 24) insuficiente. Las niñas, los/as escolares cuyas madres han alcanzado niveles más altos de escolaridad, con mejor nivel socioeconómico y con puntajes mayores en el test de capacidad intelectual mostraron mejores trayectorias de RA que sus contrapartes. Se observó una asociación positiva entre el RA y la SA, independientemente del sexo, la edad escolar, la escolaridad materna, el nivel socioeconómico y la capacidad intelectual de los/as niños/as participantes. La SA al inicio del estudio presentó diferencias de mayor magnitud entre los/as niños/as que presentaron trayectorias de RA más disímiles entre sí. Por ejemplo, al comparar las puntuaciones basales de la salud entre los niños/as de trayectoria distinguida con los/as de
trayectoria insuficiente, se observaron diferencias grandes (d > 0,80) en autopercepcion, autonomía y entorno escolar, y moderadas en relacion con los padres (d = 0,62) y aceptacion social (d = 0,58), siendo aquellos/as escolares con trayectoria insuficiente quienes refirieron sentirse peor en todos estos aspectos de la salud.
En conclusión, este estudio da cuenta de desigualdades sociales en los resultados académicos de los/as niños/as y de diferencias en las trayectorias de RA asociadas a la salud infantil, aportando evidencia de efectos de la salud psicosocial sobre el desempeño escolar en el corto plazo.
One of the most important social functions in childhood is to attend school and cope with its demands. Health, as a resource that includes personal, social, physical and psychological capacities, allow children to develop the functions expected for their age. Thus, health may contribute to a better
children´s performance at school. The main purpose of this study was to analyze the relation between academic performance (AP) and
psychosocial dimensions of self-perceived health (SPH) throughout pre-adolescence, in children who attend municipal schools in the city of Córdoba (Argentina), taking into account socioeconomic
characteristics and intellectual capability of the participants. A prospective cohort study was carried out, with a baseline measurement in 2014 and a follow-up at
24 months in 2016. The study´s sample included 494 children attending at the 4th grade of 10 municipal public schools in the city at the beginning of the study. The SPH and AP were measured
every 12 months (+/- 1 month) and the control variables were measured at baseline. SPH wasassessed with the KIDSCREEN-52 questionnaire. It measures 10 dimensions of children´s health;
most of such are psychosocial aspects of health. AP was determined using each child’s final grade for the school year in the core subjects of Language and Math, obtained from academic records
provided by the administrative offices of the participating schools. Four types of trajectories of AP (Distinguished, Sufficient, Regular and Insufficient) were defined taking into account the grades in
Language and Mathematics obtained by the children at the beginning and at the end of the followup, and the final condition promoted-not promoted in case they had to do a makeup exam. The
Regular and Insufficient trajectories were considered in educational risk. Variables collected as control variables were sex, school age, maternal schooling, socioeconomic status (using the Family
Affluence Scale) and intellectual capability (using the Raven's Progressive Matrices). The association between the variables was estimated through multivariate models of binary or
multinomial logistic regression, as appropriate, and to evaluate the effect of the SPH on the trajectories of AP, marginal means of health scores at baseline were calculated and compared by
calculating the effect size (d Cohen) between the different AP trajectories.
The 37% (n = 166) of the students show a distinguished trajectory, 50% (n = 226) a sufficient trajectory, 8% (n = 36), a regular trajectory and 5% (n = 24) an insufficient trajectory. Girls, school
children whose mothers have reached higher levels of schooling, with better NSE and with higher scores in intellectual capacity showed better trajectories of AP than their counterparts. AP and SPH show a positive association, regardless of gender, school age, maternal education, socioeconomic status and children´s intellectual capability. SPH at the beginning of the study presented differences to a larger extent as the trajectories of academic performance were more dissimilar to each other For example, when comparing the baseline health scores between children with a distinguished trajectory and those with an insufficient trajectory, large differences (d > 0.80) were found in selfperception, autonomy and school environment, and moderate in parent relation (d = 0.62) and social acceptance (d = 0.58), being those children with an unsatisfactory trajectory who reported feeling worse in all these aspects of health.
To conclude, this study shows social inequalities in children’s academic performance, and suggests health related differences in their AP trajectories providing evidence of short-term effects of the psychosocial child health on school performance.
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