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dc.contributorCalfa, Gastón Diego
dc.contributor.advisorHereñú, Claudia Beatríz
dc.contributor.authorChamparini, Leandro Gabriel
dc.date.accessioned2019-05-16T15:37:12Z
dc.date.available2019-05-16T15:37:12Z
dc.date.issued2019-05-10
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11086/11479
dc.descriptionTesina (Grado en Ciencias Biológicas)--Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Lugar de Trabajo: Dpto. de Farmacología. Facultad de Ciencias Químicas. IFEC-CONICET- Universidad Nacional de Córdoba. 2019 46 h. tabls.; grafs. Contiene Referencia Bibliográfica.es
dc.description.abstractLas especies utilizan distintas estrategias de vida para adaptarse a las demandas ambientales. En los animales, una de las principales demandas es evitar la depredación, y a la vez, cubrir necesidades biológicas esenciales como la alimentación. En consecuencia, la selección natural levó a la formación de un sistema nervioso que optimizó un conjunto de mecanismos de supervivencia. Estos mecanismos están respaldados por diferentes circuitos neurales y su activación da lugar a respuestas comportamentales defensivas que son la fuente de diferentes estados: el miedo, la ansiedad y el pánico (Perusini & Fanselow, 2015). Estos términos están asociados a relaciones de causa y efecto. La causa está dada por la proximidad, certeza o probabilidad de la amenaza. El efecto es el conjunto de comportamientos que ocurren en cada estado. Una determinada experiencia aversiva conlleva a una respuesta de miedo específica, la cual influencia el comportamiento y la fisiología del organismo. Esta respuesta defensiva es innata y especie-específica. Si bien este comportamiento se observa inmediatamente luego del evento traumático, puede persistir en el tiempo, incluso durante toda la vida del organismo. En este caso el aprendizaje se da mediante la asociación entre el ambiente y la amenaza que representa el estímulo aversivo, resultando en un mecanismo que protegerá al individuo cuando se presente una situación igual o similar. Es así que el miedo es crítico para la supervivencia de los animales (Byrne, Rajbhandari, et al., 2017). En el ser humano, se han descripto diferentes patologías asociadas a déficits en la regulación de los mecanismos neuronales que participan en la formación de una memoria de miedo. Dentro de estos desórdenes se encuentran el síndrome de estrés postraumático, síndrome de ansiedad generalizada y ataques de pánico, entre otros. Comprender las bases de los procesos neurológicos involucrado en estas enfermedades es una de las principales metas de la neurociencia en la actualidad.es
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectTESINAes
dc.subjectCOMPORTAMIENTO ANIMALes
dc.subjectSUPERVIVENCIAes
dc.subjectEXPERIENCIA AVERSIVAes
dc.subjectSISTEMA NERVIOSO CENTRALes
dc.subjectCIENCIAS BIOLOGICASes
dc.titleRol del IGF-1 en la formación de una traza de memoria de miedo.es
dc.typebachelorThesises


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