Show simple item record

dc.contributorPérez, Cairo (fotografía)
dc.contributor.advisorPeña, Sebastián
dc.contributor.authorAravena, Nicolás
dc.date.accessioned2019-03-18T14:46:41Z
dc.date.available2019-03-18T14:46:41Z
dc.date.issued2018
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11086/11277
dc.description.abstractLa primera vez que vi una película pornográfica fue como a los diez años, estaba solo en el living frente al televisor haciendo zapping durante la noche y por casualidad llegué a una escena lésbica. Por curiosidad y provocación infantil dejé aquel canal estacionado y quedé mirando concentradísimo la pantalla aunque no sin miedo de que algún familiar irrumpiese. La escena era larga en su duración, llena de cortes que interrumpían la performance de las involucradas dejando ver siempre una nueva posición erótica, no había lugar para los primeros planos genitales. De todos modos las imágenes lograron excitar mi mente, aunque en ese momento no tenía idea concreta de qué discurso visual era el que estaba viendo: Dos mujeres completamente desnudas tocándose, riendo y gimiendo bajo una puesta en escena de alcoba me era inédito hasta ese momento, en todo caso, intuía perfectamente que era una clase de película que un niño no debía ver y por lo mismo guardé su visionado como un secreto. El canal de cable que transmitía esto era I-Sat, pronto descubrí que todos los viernes aproximadamente a las 12 de la noche pasaban películas softcore1 con tramas relamidas que eran el pretexto para las escenas de dormitorio en donde siempre las actrices eran quienes más desplegaban una mayor dramatización de la situación sexual o por lo menos el hincapié se sustentaba en ellas y sus performances. Desde ese momento conocí el porno. Otros canales de cable trazaron la misma estrategia comercial en su programación transmitiendo películas pornográficas softcore a las 0:00 horas, entre ellos The Film Zone, Cinemax, HBO e incluso la señal internacional de TELEFE, por lo que habían muchas opciones. Por muchos años fui un adepto a estas películas, luego con internet en mi poder pude conocer más pornografía y ampliar las posibilidades que ofrecía el género, prácticamente infinitas. Sin embargo, frente a los videos de puro coito que abundan en la red siempre privilegié las películas que intentaban armar un argumento que se ceñía a las escenas sexuales. Años después y bajo una formación crítica y teórica sobre la imagen me pude dar cuenta de algo que parece elemental: las películas porno concibieron, diseñaron y moldearon mi cultura y educación sexual, constituyendo una visión atrofiada del sexo.
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectAnnie Sprinklees
dc.subjectCandida Royallees
dc.subjectcine pornográficoes
dc.subjectErika Lustes
dc.subjecterotismoes
dc.subjectheteronormatividades
dc.subjectnouvelle vague pornes
dc.subjectporno indiees
dc.subjectpostpornoes
dc.subjectrol de géneroes
dc.titleCine pornográfico : del porno industrial a las nuevas propuestas emergentes. Análisis comparativoes
dc.typebachelorThesises


Files in this item

Thumbnail
Thumbnail
Thumbnail

This item appears in the following Collection(s)

Show simple item record

Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional
Except where otherwise noted, this item's license is described as Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional