Abstract
Históricamente, las poblaciones han resuelto el problema de la disponibilidad del agua, ubicándose en las proximidades de las fuentes naturales. El paso del tiempo y el progreso de la ingeniería, ha permitido el almacenamiento del recurso y la conducción del mismo hacia nuevos puntos de consumo alejados de la fuente origen. Sin embargo, la expansión indiscriminada de los focos urbanos, ha desencadenado nuevos conflictos ambientales.