Fronteras y seguridad
Abstract
Desde los comienzos de lo que se consideraría el saber occidental, Grecia, se ha marcado una división fundante entre lo propio, lo racional, y el Oriente, en realidad el Cercano Oriente en primer lugar. Por razones diversas, vaciada de contenidos y resignificada de modos diversos la división funcionó, ha sido útil a lo largo de más de dos milenios. Lo que debería ser motivo de escándalo, las divisiones que pretenden establecer fronteras de todo tipo, culturales, religiosas, de costumbres de vida cotidiana, ideológicas y, aún, de validez de los derechos humanos, son actualmente tan agitadas como en la Grecia del siglo V, la época de las Cruzadas o el siglo XVI. En general, y fuera de reducidos círculos, la crítica del orientalismo que cobró cierto auge académico en los años ochenta a partir de la difusión de la obra de E. Said parece haber corrido la misma suerte que las buenas resoluciones de la ONU, el olvido.En el trabajo propuesto se trata de comprender las características de las marcas de la otredad oriental (religiosa) en los años recientes, procurando entender en el fluir de su recreación actual cuáles son las razones que las hacen tan virulentas para el poder de la fortaleza europea y norteamericana.