Abstract
La notoria crítica cartesiana de la evidencia empírica implica al menos dos problemas diferentes, uno de los cuales es la preferencia de la experiencia ordinaria frente a la evidencia experimental incluso en situaciones en las que podría parecer que ésta última es más accesible y más fiable. El otro es la objeción general a cualquier tipo de evidencia empírica comparada con el dictamen de la "razón".
A la luz de la presente discusión, podría surgir en este punto la cuestión de qué podría querer decir Descartes con sus repetidas indicaciones de que prefiere la razón a la experiencia, o de que sólo se puede confiar en la razón para tener un acceso seguro e indudable a la verdad.