Abstract
Después del apogeo del conductismo y con el desarrollo del cognitivismo en la década del 60 se produce en el ámbito de la Filosofía de la Mente y de la Filosofía de la Psicología un resurgimiento del estudio de la mente, resurgimiento que, sin embargo, no fue acompañado por un retorno de la conciencia. Antes bien, el cognitivismo se caracterizó por lo que Flanagan llama "el inesencialismo de la conciencia". Parecía posible explicar ciertos aspectos de la mente - en particular la competencia cognitiva - sin necesidad de comprometerse con la conciencia, noción esta última que parecía no poder integrarse en el marco de una ciencia natural objetiva.