Abstract
Las ciencias de la vida, nos dice Ernst Mayr (1988), se encuentran divididas en dos dominios generales de indagación: la Biología Funcional ocupada en estudiar experimentalmente las causas próximas que, actuando a nivel del organismo individual, nos explican el cómo de los fenómenos vitales; y la Biología Evolutiva, ocupada de reconstruir, por métodos comparativos e inferencias históricas, las causas últimas o remotas que, actuando a nivel poblacional, nos explicarían el porqué de tales fenómenos. Aceptando esa distinción, en esta comunicación nos permitimos sugerir que cada uno de los dominios de indagación puede ser pensado como obedeciendo a una máxima metodología distinta, cada una de las cuales, diremos, establece un modo específico de interrogar lo viviente.