Abstract
Posiblemente haya pocas disciplinas científicas que se encuentren más atravesadas por el pensamiento causal que la medicina. Desde el que involucra a las respuestas de a qué se deben tales o cuales manchas en la piel, los motivos por los cuales se enferma, o cómo determinada maniobra terapéutica puede curar o prevenir una enfermedad.
En este escrito, mostraré que las estrategias clásicas para analizarlo no son totalmente adecuadas para comprenderlo, una por demasiado rígida, y el otra por demasiado amplia, y que su peculiaridad sólo puede ser captada en un espacio estructural definido.