Abstract
La revolución en los fundamentos de la física de comienzos del siglo XX se enmarca en la crisis
que sacudió las bases del pensamiento clásico. Por una parte, la teoría de la relatividad dio lugar
a un concepto de espacio diferente al presupuesto por la mecánica newtoniana mientras que por
otra, la teoría atómica cuestionó la visión clásica del mundo en términos de objetos entrando en
conflicto con los principios de la lógica aristotélica.. En particular, el principio de identidad
encuentra severas limitaciones en relación a las llamadas "partículas idénticas", dicho en un
lenguaje más preciso "partículas indistinguibles".