Otra lectura a la crisis de 1914
Abstract
La Primera Guerra Mundial –la Gran Guerra como la llamaron los contemporáneosmarcó, entre otras cosas, el fin de la belle époque. Con el estallido del conflicto las bolsas
europeas, Wall Street, y también las bolsas de los países de Sudamérica, cerraron sus
puertas.1 Asimismo, los gobiernos abandonaron el compromiso de convertir sus monedas
domésticas a una relación fija con el oro; y la libertad de los individuos de exportar e importar
oro desapareció. Las economías comenzaron a operar bajo un sistema de papel moneda
inconvertible con tipo de cambio flexible; aunque su fluctuación fue limitada por la aplicación de
controles que prohibían la mayoría de las operaciones en oro.2
También la Primera Guerra trajo como consecuencia cambios en la composición del
comercio internacional. “Europa Central (especialmente Alemania) perdió las posiciones que
había venido ganando desde principios de siglo y los Estados Unidos concluyó ocupando el
primer lugar en la participación en el comercio mundial y en el mercado de capitales.”3
La Gran Guerra, además, representó un fuerte shock externo negativo para una
economía abierta y pequeña como la de la Argentina. El ingreso de capitales disminuyó y la
economía entró en recesión. Inmediatamente apareció la respuesta de política económica. El nivel de actividad comenzó a subir recién después de 1917. Y el sistema bancario –en
particular, el Banco de la Nación Argentina- acompañó la reactivación con un continuo
debilitamiento de su posición financiera.
Esta ponencia propone el análisis de la crisis de 1914 en la Argentina. El trabajo está
dividido en dos secciones. La primera ofrece una interpretación de la dinámica de la crisis y la
segunda una explicación de la fase de recuperación.