Saqueos en democracia: conflicto, violencia social y crisis de representación. Córdoba, 1989
Abstract
La hiperinflación de 1989 fue el desencadenante para la aparición de una nueva forma de violencia social: los saqueos. En efecto, en mayo de ese año cientos de personas asaltaron establecimientos comerciales para llevarse compulsivamente alimentos. Los primeros saqueos se registraron en las ciudades de Córdoba y Rosario, el 24 de mayo, luego se extendieron a otros centros urbanos del país, especialmente, Mendoza, Capital Federal y varias ciudades de la provincia de Buenos Aires como San Miguel, Quilmes, Wilde, entre otras, y se desarrollaron en el marco de una aguda crisis económica que había elevado a niveles increíbles el precio de los productos de consumo, especialmente los de primera necesidad, y echaba por tierra las últimas esperanzas de recuperación depositadas en el gobierno de Raúl Alfonsín. En ese momento, la crisis económica se superponía con cambios importantes ocurridos a nivel político e incidía en el desarrollo de éstos. Pocos días antes del estallido social, el 14 de mayo, se habían realizado las elecciones generales que consagraron el triunfo del candidato de la oposición, Carlos Saúl Menem, del FREJUPO (Frente Justicialista de Unidad Popular), quien debía asumir la presidencia de la nación en diciembre de ese año. Los saqueos sorprendieron y conmovieron a la sociedad porque pusieron al descubierto la crueldad de la crisis distributiva. En efecto, había vastos sectores de la población que no podían acceder a los alimentos y tuvieron la necesidad de obtenerlos por la fuerza. En esta ponencia nos proponemos analizar los saqueos para lo cual nos formulamos los siguientes interrogantes: ¿en los saqueos hubo organización o fueron acciones espontáneas?, ¿cómo se llevaron adelante?, ¿quiénes participaron?, ¿cómo reaccionaron las fuerzas del orden?, ¿cuál fue la respuesta del gobierno?, ¿cuáles fueron las consecuencias de los saqueos de 1989? Las respuestas a estas preguntas nos permitirán adentrarnos en el complejo haz de relaciones que se establecen en la sociedad ante una situación de crisis y en la particular forma de procesamiento de los conflictos en un momento histórico determinado. Estamos de acuerdo con Auyero cuando afirma que “los disturbios por alimentos constituyen una ventana única para observar la política popular de la Argentina contemporánea” y (…) “son una estupenda oportunidad para conocer mejor la dinámica política de la violencia colectiva.”