Abstract
Uno de los pocos temas acerca del cual los filósofos de la mente generalmente suelen
ponerse de acuerdo es en lo que respecta a las consecuencias que se extraen de la adopción del
punto de vista externo en la identificación de los estados mentales.
Esas consecuencias tienen un carácter particular en tanto resultan claramente paradójicas
no solo para el sentido común sino también para la propia teoría de la mente.