Abstract
Según la teoría neo-empirista de conceptos de Prinz (2002), los conceptos son proxitipos, construcciones temporales formadas por captas de representaciones perceptivas, que se activan en la memoria de trabajo para representar una categoría. Estas representaciones son altamente variables y su activación resulta sensible al contexto, ¿pueden entonces dar lugar a pensamiento productivo y sistemático?