Resumen
A mediados de los sesenta se inicia en la revista inglesa Económica una polémica sobre la
interpretación de la división del trabajo en La Riqueza de las Naciones de Adam Smith. Ya en el
tomo I de El Capital, Karl Marx había señalado que su apoteosis como causa originaria del
progreso contrasta con las denuncias que el mismo Smith hace posteriormente en el Libro V
sobre sus efectos perjudiciales en el carácter humano y, particularmente, en las clases bajas. En
ambos casos, la causalidad del progreso, o de la alienación, aparecería estrechamente ligada a la
innovación tecnológica y la producción industrial, a la expansión del mercado, la especialización
de los trabajos y los conocimientos. En este sentido, tales cuestiones todavía remitirían a serios
problemas sociales tanto como a la justificación de las políticas públicas que les harían frente.