Abstract
La consolidación de la Teoría Sintética de la Evolución (TSE) en la década del 30' puso como
elemento central de análisis una de las rupturas centrales del darwinismo, la propuesta de la
población como la unidad evolutiva A la vez, su análisis permitió dar cuenta de una enorme
cantidad de fenómenos referidos al cambio de la vida en el tiempo. Esto se conservó sin mayores
cuestionamientos durante casi cuarenta años en el seno de la comunidad científica. La evolución
de los niveles jerárquicos superiores -macrevolución- no lograba alcanzar cierta aceptación
como campo de estudio separado de la microevolución neodarwiniana.