Abstract
Transitamos un tiempo de oportunidad para pensar nuevas ideas sobre lo educativo. Quizás, sea necesario no volver a ser como antes, sin embargo, tampoco podemos acostumbrarnos a la virtualización de los procesos formativos, puesto que está en juego lo humano de un fenómeno social, subjetivo e intersubjetivo. Este está situado en un avanzado modo de producción capitalista que sirve de lienzo para ilustrar escenarios de retroceso, exclusión y discriminación debido a los efectos devastadores de una ética del mercado que se impone de forma implacable según sus propias lógicas de funcionamiento; una lógica que deja varado a lo educativo a la intemperie de lo que acontezca.