Abstract
La discusión en torno a la naturaleza de los experimentos imaginarios ha estado fuertemente marcado por el debate entre James R. Brown y John Norton. En ese marco, Tamar Szabó Gendler ofrece una persepectiva que se separa, fundamentalmente, de la idea de que pueden ser reducidos a meros argumentos sin perder fuerza justificatoria. En el presente trabajo defenderé tal posición a partir del análisis del rol que cumplen dichos experimentos en la práctica cientifica.