Abstract
Ofrecemos a la lectura una faceta que el reciente pasado y la perspectiva futura ponen sobre el tapete: los sistemas jurídicos no son estáticos, como no lo son totalmente tampoco las formas del razonar judicial. Ya sea por el impulso de lo que se llama ordinariamente la globalización, aunque nos agrada más -siguiendo a Teilhard de Chardin- utilizar el vocablo planetización, o por el propio cambio evolutivo de los temas y las cosas mismas, nada es realmente estático.