La generación del espacio a través de re-visar las técnicas digitales y analógicas ensambladas en la enseñanza de la morfología básica
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Fecha
2014Autor
Giménez, Gabriela
Rost, Liliana
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
La enseñanza de la Morfología en el ciclo básico de la carrera de arquitectura se vale de distintos recursos para activar la construcción de la mirada colectiva de los sujetos involucrados en el proceso de aprendizaje. El proceso de mirar al mundo es el resultado de las interrelaciones entre el propio sujeto y las cualidades del mundo. Los objetivos de motivar, facilitar y promover la apropiación de los conceptos fundamentales de esta subdisciplina tributaria de la arquitectura implican trabajar desde la complejidad en procesos de aproximación que favorezcan y estimulen la percepción dinámica y cinestésica para generar individuos creativos capaces de leer, registrar, comunicar sus ideas, realizar aportes desde sus propios capitales culturales y tomar decisiones en el campo del diseño en los primeros años de la currícula. Los ejercicios de observación, registro sensible y analítico se profundizan tanto desde el abordaje fenomenológico como desde el abstracto a través de registros de campo, donde el cuerpo como protagonista se mueve en el espacio, capturando diferentes enfoques habituales y no habituales en el espacio/tiempo. Según el propio Steven Holl “al igual que en la experiencia perceptiva directa la arquitectura se entiende inicialmente como una serie de experiencias parciales más que como una totalidad”. La combinación y acople de las herramientas digitales con las analógicas permiten concretar representaciones, planteadas como ensayos a través de las técnicas del montaje y del collage para la construcción de imágenes apropiadas a los diferentes momentos del aprendizaje. Estas técnicas permiten establecer el valor de las herramientas que permiten una aproximación tanto al espacio Percibido” como al espacio “imaginado”, ágil y operativo, además de poner en interacción las herramientas digitales, propias de nuestra contemporaneidad y el croquis a mano alzada simultáneamente con los sujetos que se inician en su propia construcción. Esa simultaneidad donde juegan el tiempo, el cambio, la transformación, gesta en los estudiantes una mirada nueva sobre el mundo, aportando nuevas respuestas a preguntas conocidas. Los ensambles dinámicos gestados, apropiados y profundizados "al andar" en función de trasladar y traducir conceptos básicos permiten un acercamiento eficaz al espacio arquitectónico percibido e imaginado. Ejemplo: el adentro y el afuera se definen ya no como aquel límite divisorio, algo de aquí en relación a algo de allá, distantes lejanos, sino como concepto de espacio de intercambios. De esta manera el conocimiento del espacio arquitectónico se va profundizando, se hace tangible y legible, lo que genera seguridad en el alumno para producir nuevas exploraciones y búsquedas cualitativamente más creativas. El pensamiento creativo del futuro arquitecto se activa con imágenes de sus preexistencias creando nuevas realidades, realidades otras, donde lo rígido, inmutable y preexistente se convierte en términos de un "universo diverso" en aquello que deviene en permanente formación, configuración y transformación.